miércoles, 23 de diciembre de 2009

Picos inescalados en el Himalaya

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El explorador japonés Tamotsu Nakamura acaba de regresar de una exploración en el Himalaya. En un reporte preliminar presenta fotografías de montañas no escaladas e incluso algunas no conocidas por los europeos. Es una especie de invitación.

Durante siglos, la cordillera del Himalaya fue un lugar muy remoto para la civilización occidental. Los primeros en adentrarse se encontraron con montañas gigantescas, con grandes valles y ríos muy caudalosos. Los primeros exploradores europeos quedaron maravillados de ese mundo y comprendieron que no era para todos.

Ruta seguida durante la exploración.Fotos: archivo Tamotsu NakamuraHaz click en las imáganes para agrandarlas.

Pero el tiempo cambió y en lugar de ser montañistas quienes asediaban las montañas, llegaron los turistas, el montañismo masificado a la gran cordillera. Incluso se ha pensado que después de conquistados los ochomiles de la cordillera, no había montaña digna de ser tomada en cuenta. Quizá se había olvidado lo esencial del montañismo: estar en algún lugar por primera vez. Y la cordillera es tan grande que hay grandes zonas que no se conocen del todo bien.

De entre todos, el japonés Tamotsu Nakamura se ha distinguido por ser un gran explorador de la gran cordillera, al estilo de Eric Shipton. Esta vez ha regresado de una exploración en las montañas del Tíbet Oriental y en un reporte “preliminar” presenta fotografías de varias montañas que no se han escalado aún.


Caras oriental y norte del Jonlamapo (6,605 metros).
Foto: Tamotsu Nakamura.

Regresé a casa del Tíbet el 17 de noviembre del 2009, después de cinco semanas y 4,800 kilómetros explorando picos y glaciares desconocidos en Nyaiqentanglha Oriental y Kangri Garpo. El viaje fue totalmente satisfactorio y encantador a pesar del control muy estricto por la oficina de seguridad pública hacia los extranjeros que entran en áreas prohibidas fuera de la carretera principal Sichuan-Tibet. Nuestro guía tibetano fue muy capaz y útil al negociar con los oficiales, llevando a la expedición al éxito. Afortunadamente, como el cielo azul me recibió dondequiera que fuéramos, pude tomar una gran cantidad de fotografías de los nuevos picos y glaciares, noticias e historias. Exploramos tres valles no frecuentados en Nyaiqentanglha Oriental y Kangri Garpo. Dos de ellos eran desconocidos a los extranjeros desde los exploradores de principios del siglo XX y en uno fuimos los primeros visitantes extranjeros.

Este mapa de ruta y estas fotos son una selección rápida. Daré a conocer información más detallada pronto.


Cara norte del Delupora III (6,140).


Cara norte del Gara (6,260).


Cara norte del Nenang (6,870).


Cara norte del Yuri II (6,108).


Cara norte de un pico no nombrado (alrededor de 5,700)


Cara sur de un pico no nombrado (6,001).


Cara oeste del Dinpernalason (6,135).


Cara oeste del Yuri I (6,100).

Fuente:
Montañismo y exploración
http://montanismo.org/articulos.php?id_sec=7&id_art=2884&num_page=7122

jueves, 3 de diciembre de 2009

Adiós a Lino Lacedelli, el arrepentido

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A la edad de 83 años, falleció el "conquistador" del K2, que tras más de medio siglo de silencio sobre la polémica ascensión, reveló que las críticas a Walter Bonatti habían sido injustas.

EL 31 de julio de 1954, a las 7 de la mañana, Achille Compagnoni, de 39 años, y Lino Lacedelli, de 28, salen de su minúscula tienda. Son las dos personas que en ese mismo instante están a mayor altura sobre la faz de tierra, a 8.130 metros en las laderas del K2 (8.611 metros). Se colocan los crampones, cogen las mascarillas de oxígeno, los reguladores e inician la marcha. Pero no parten hacía la cumbre, todavía no. Efectúan una peligrosa travesía ligeramente descendente hacia su derecha, que les lleva al punto exacto en el que el día anterior dos de sus compañeros de expedición han depositado el combustible sin el cual les sería imposible ascender a la segunda cumbre más alta del planeta: las bombonas con el oxígeno.


El cielo está parcialmente cubierto pero, pese a la niebla, la cordada italiana divisa el preciado tesoro: dos bombonas cargadas hasta los topes. Las conectan a los reguladores, se ajustan las mascarillas y, penosamente, comienzan a ascender desde los 8.100 metros de altitud en que se encuentran. Son las 8 y media de la mañana del 31 de julio.

las 18.00, hora local de Nepal, tras 9 horas y media de ascensión, el primer ser humano pisa la hasta entonces virgen cumbre del K2. En la cumbre, Compagnoni y Lacedelli lloran y se abrazan, conscientes de que a partir de ese día su país los aclamará como a unos héroes, de igual manera que los británicos han colmado de gloria a Hillary y Tenzing por su ascenso al Everest, los franceses a Herzog y Lachenal por su gesta en el Annapurna o los alemanes y austríacos a Herman Buhl por su cima en el Nanga Parbat. En efecto, cuando el 3 de agosto la noticia llega a Italia el país estalla de júbilo. El K2, la montaña de los italianos y del Duque de los Abruzzos, "ha caído".

En el campo base, pese a las congelaciones sufridas por ambos, todo es alegría y plenitud y el líder táctico de la expedición, el casi sexagenario Ardito Desio, felicita entusiasta a los 11 hombres y a los más de 10 hunzas -habitantes del valle de Hunza, en Pakistán- que han colaborado en la gesta, costeada y diseñada por el Club Alpino Italiano (CAI), el más antiguo, prestigioso y respetado de Italia.

A su regreso a Italia, Desio relata la historia en el famoso libro La conquista del K2. A pesar de la trágica muerte de Mario Puchoz semana y media antes del día de cumbre a causa de un edema pulmonar, el relato de Desio, que supone el testimonio oficial que quedará para la historia, rezuma heroicidad, esfuerzo, compañerismo y, finalmente, gloria, incluyendo el dato de que Compagnoni y Lacedelli llegan a la cumbre a pesar de que a 8.400 metros se les había terminado el oxígeno. En una Europa que aún sufre las consecuencias de la Segunda Guerra Mundial y en la que las expediciones al Himalaya son tratadas casi como cuestiones de Estado, Italia puede estar tranquila: ya tiene sus héroes y éstos ya tienen la cumbre del K2.



La otra versión

Walter Bonatti estalla

En medio de tanto festejo, un joven de 24 años que también ha formado parte del grupo del K2, Walter Bonatti, calla. Calla, calla y calla. Y mata su desazón encadenando una tras otra ascensiones de vértigo que le convierten en apenas unos años en el alpinista más destacado de los 50 y de la historia.



Pero en 1961, 7 años después de lograda la cumbre del K2, ya no puede más. Estalla. Publica un libro -Mis montañas- donde niega las posteriores acusaciones de Compagnoni y da su versión del ascenso al K2. Compagnoni acusaba a Bonatti y al hunza Mahdi, los encargados de llevar las bombonas de oxígeno a 8.100 metros, de respirar parte de ese oxígeno la noche del 30 al 31 de julio, en la que Bonatti y Mahdi tuvieron que vivaquear al raso porque no encontraron la tienda de Compagnoni y Lacedelli. Y que por eso se les acabó a ellos a 8.400 metros, a 200 metros de la cumbre. Y también que las intenciones de Bonatti eran ir a la cumbre gracias a ese oxígeno que estaba destinado a Compagnoni y Lacedelli.

En 1985, Bonatti vuelve a defenderse. Publica Proceso al K2, en el que ofrece una versión aún más prolija en detalles y en la que sólo solicita que se limpie su nombre, que el Club Alpino Italiano reconozca que las acusaciones de Compagnoni son falsas y que se dicte una versión oficial final donde quede claro que ni usó el oxígeno la noche que casi muere con Mahdi a 8.100 metros a cielo abierto, ni tuvo intención de ir ese día hacia la cumbre en detrimento de sus compañeros y que, por último, el oxígeno se les terminó a Lacedelli y Compagnoni ya en la cumbre. El resultado: silencio, silencio y las palabras de Ardito Desio, por entonces cercano a los 90 años: "Toda y la única la verdad está en mi libro".

Una fotografía

La verdad es antigua


A miles de kilómetros de distancia de Italia, una mañana de 1993, un cirujano australiano aficionado al alpinismo, Robert Marshall está ojeando una vieja revista suiza de 1955 traducida al inglés -Berge der Welt- que acaba de localizar y en la que figura un amplio reportaje dedicado al primer ascenso del K2. Asombrado, casi sin poder creérselo, se fija en una fotografía inédita hasta entonces y que el informe oficial había desechado: Compagnoni en la cima del K2 con la mascarilla de oxígeno puesta y ésta conectada al tubo de goma que llega hasta la bombona.



Inmediatamente, Marshall se pone a localizar a Bonatti y cuando logra contactar con él, le ofrece sus nuevos descubrimientos. Bonatti reescribe su libro, en el que apenas varía nada de lo que antes había expuesto, pero en el que sí se añaden las preciosas imágenes que atestiguan todo lo que lleva clamando durante décadas. El resultado es K2. Historia de un caso (1995). Resumiendo, los hechos son estos:

Compagnoni y Lacedelli llegaron a la cima respirando el oxígeno que el día anterior dejaron Bonatti y Mahdi a 8.100 metros. Si se hubiese acabado a 8.400 metros, ¿qué sentido tenía cargar hasta la cima con los kilos que pesaba cada bombona?

Bonatti y Mahdi no pudieron usar oxígeno porque no tenían ni máscaras ni reguladores.

Bonatti y Mahdi no encontraron la tienda de Lacedelli y Compagnoni porque éstos la habían colocado 150 metros más arriba de lo previsto y bastante más a la izquierda. Compagnoni y Lacedelli lo hicieron precisamente para que Bonatti no se uniera al grupo de cima.

Compagnoni y Lacedelli no se ofrecieron a ayudar a Bonatti y Mahdi pese a que oyeron sus gritos la noche del 30 al 31 de julio y sabían que tendrían que vivaquear. Mahdi sufrió amputaciones en dedos de manos y pies; Bonatti, milagrosamente, salió ileso.

La reacción en 1995 de Compagnoni, Lacedelli, Desio y el Club Alpino Italiano es ésta: silencio. En 2001, a los 104 años, muere Ardito Desio. En mayo de 2009, a los 94 años, muere Achille Compagnoni. El pasado viernes, día 20 de noviembre, a los 83 años, muere Lino Lacedelli. Los dos primeros jamás reconocieron la verdad. Lacedelli lo hizo en 2004, en su libro K2. El precio de la conquista, lo que obligó al Club Alpino Italiano a reescribir la historia oficial. Lo hizo en abril de 2008 -casi 54 años después de la noche en que Bonatti y Mahdi debieron morir en el K2-. Bonatti comentó tras el informe del CAI que valoraba el gesto. Sin embargo, cuando en 2004 leyó el libro de Lacedelli, sus palabras fueron: "Demasiado tarde". No quería fama, ni dinero, ni las ventajas que algunos creen obtener de ser considerado y vitoreado. Quería recuperar la fe en los hombres que le habían quitado cuando sólo tenía 24 años.
noticias de Navarra

domingo, 29 de noviembre de 2009

Entrevista a Sebastián Álvaro

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Videos del canal de televisión de Internet Televeo, en que se entrevista a Sebastian Álvaro director de el programa de Radio Televisión Española, Al filo de lo Imposible. En esta entrevista que no nos podemos perder...

Apretar sobre los enlaces para poder ver los videos:

Video 1º http://www.televeo.com/?channel=al_filo#Entrevista-a-Sebastian-Alvaro-I

Video 2º http://www.televeo.com/?channel=al_filo#Entrevista-a-Sebastian-Alvaro-II

jueves, 26 de noviembre de 2009

Homenaje a Walter Bonatti, un mito viviente del alpinismo.

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Homenaje a Walter Bonatti, un mito viviente del alpinismo del programa Al filo de lo imposible, no hay que perdérselo, apretar sobre el enlace para verlo.

http://www.rtve.es/mediateca/videos/20091122/filo-imposible--reconstruccion/634246.shtml?s1=programas&s2=&s3=&s4

jueves, 5 de noviembre de 2009

Tente Lagunilla extrae conclusiones tras su accidente escalando en Picos

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El alpinista e himalayista palentino Tente Lagunilla tuvo un accidente escalando en la Peña la Regaliz, en la Vega de Liordes. Una laja que desprendió el primero cayó sobre él, provocándole dos profundas heridas en cabeza y pierna. Tras conseguir rapelar hasta una gran repisa, pudieron ser evacuados por el helicóptero. Ya ha salido del hospital y extrae conclusiones.


Tente nos escribe para informarnos que ya ha salido del hospital en el que permanecía desde el día 18 de octubre, y escribe una crónica en la que relata lo sucedido y extrae las conclusiones adecuadas. No olvidemos que además de gran alpinista y conocido himalayista, Tente es profesor de la escuela castellano-leonesa de Alta Montaña, y pertenece desde hace muchos años al Grupo de Rescate y Salvamento de la Agencia de Protección Civil de la Junta de Castilla y León y trabaja como bombero, por lo que sus conclusiones y consejos son especialmente interesantes para todos.

“Dicen que los amigos son como los taxis; es difícil encontrarlos los días de lluvia. Si tener un accidente en montaña y terminar con un ojo a la virulé y una pierna fastidiada, se puede considerar un “día de lluvia” en la vida de uno, esta frase en mi caso no tiene ningún sentido, pues afortunadamente han sido cientos (y no exagero) los amigos que se han preocupado por mi.

Amigos que han ido a verme al hospital, amigos que llaman por teléfono, amigos que ponen correos, amigos que te ven en la calle, amigos que llaman a amigos para saber como estas, amigos que escriben en los foros, amigos, amigos, amigos… que hermosa palabra.

El pasado viernes ya me dieron el alta en el hospital y quería a través de estas líneas daros las gracias a cuantos os habéis interesado por mi estado durante estos días, pues es agradable no sentirse solo.

Ya lo he dicho alguna otra vez: no creo ser un ejemplo en casi nada y soy una persona de lo más normal, con mis defectos y virtudes repartidos de forma imprecisa, como la mayoría de los mortales, pero al ver estas muestras de cariño en los momentos difíciles pienso que no debo de ser muy mala persona, y de lo único que me arrepiento es de no corresponder a veces con el mismo entusiasmo esas muestras de amistad.



A continuación os contaré brevemente la peripecia del día del accidente, sobre todo con el ánimo de sacar unas conclusiones finales, de las cosas que hicimos bien y otras mal, que espero puedan servir a alguien. El domingo 18 de octubre, la previsión de la “meteo” era estupenda, y aunque los días ya son frescos y cortos nos animamos tres amigos (Kike, Alberto y yo mismo) a acercarnos a escalar alguna vía de la Peña la Regaliz, en la Vega de Liordes. A primera hora de la mañana estábamos al pie de la vía Divertimento. Una ruta tranquila, que ya había hecho hace un montón de años, no demasiado difícil ni vertical, pero prácticamente desequipada, por lo que hay que estar atento. Los largos se suceden sin ningún problema ni sobresalto, tan solo con la incomodidad y lentitud de los relevos al ser una cordada de tres. El tiempo es esplendido, pero a la sombra donde estamos, hace frío. A medio día estamos a dos largos de la cumbre. Yo he terminado un largo y monto reunión en una cómoda repisa con dos estupendos anillos de cuerda en unos puentes de roca a prueba de bombas unidos por un equalette que me queda de lo más “aparente”. El siguiente largo, el penúltimo, le toca de primero a Kike. Le pasamos el material y tira para arriba con la ilusión de que en un rato estaremos los tres en la cumbre al solito, disfrutando de las vistas. Mete un empotrador, aprovecha un clavo, mas adelante laza un puente de roca y a 15 m. de la reunión un friend. El largo es rectilíneo y tenemos a Kike encima de nosotros. En la reunión yo estoy asegurándole con un reverso y doble cuerda, autoasegurado bastante en corto a dicha reunión. A mi lado, Alberto charla conmigo y tiene un poco mas de cuerda en su autoseguro. Cuando Kike esta cinco o seis metros por encima del ultimo friend, y está agarrado con sus dos manos a una enorme laja, ésta se desprende.

Todo ocurre en fracciones de segundo. Kike y los bloques de piedra caen hacia nosotros. En un instante me doy cuenta que no tengo ni 50 cm, de margen de movimiento y además tengo las manos ocupadas, imposible huir de las piedras. Cierro las manos sobre las cuerdas y me acurruco contra la pared intentando poner la cabeza a cubierto. Alberto al menos tiene las manos libres y algo más de cuerda, se aparta a un lado todo lo que puede con la esperanza de no ser alcanzado por las piedras.

Cuando me quiero dar cuenta estoy hecho un ovillo con las manos crispadas sobre la cuerda y un dolor de muerte en el muslo derecho. Pienso que tengo la pierna partida, pero veo que la puedo mover ligeramente. Grito a Kike para saber si le puedo dar cuerda y me contesta que ya está de nuevo agarrado a la roca, puedo soltar algo de cuerda.



En unos segundos mis compañeros toman la iniciativa y al rato estamos los tres en la reunión, haciendo inventario de daños. Kike, tiene golpes y contusiones en los tobillos, manos, culo, pero ninguno de gravedad. Ha quedado colgando de ese ultimo friend salvador, con la suerte de que la cuerda que pasaba por él está intacta, no así la otra que una piedra ha cortado limpiamente. Alberto ha recibido una piedra en todo lo alto del casco y se lo ha partido en dos, haciéndole una pequeña brecha en el cuero cabelludo. Le duele el cuello. Yo soy el peor parado, al meterme contra la pared, me he golpeado en un ojo y tengo una brecha en el parpado que sangra abundantemente. Varias piedras me han golpeado la espalda y me duele el omoplato derecho, pero lo más grave es la herida de la pierna que sangra empapándome el pantalón, calcetín y pie de gato.

No hay cobertura de móvil. La cosa no pinta bien pero tampoco estamos muy desesperados, hay que rapelar para salir de aquí.

Hacemos dos rápeles hasta la repisa que corta la pared a media altura. Para estos rápeles tenemos que realizar una sencilla maniobra de autorrescate, pues una de las dos cuerdas esta cortada y tenemos que unirla con un nudo. Yo podía haberme quedado en la repisa esperando ayuda, pero hace frío y mientras puedo prefiero seguir moviéndome, así que hago esos dos rápeles y luego destrepo hasta llegar a un cómodo lugar en la gran repisa. Todo eso con la pierna y el ojo sangrando “más que ligeramente”.

Ya en la vega, Alberto encuentra cobertura y avisa al 112, dando nuestra posición y explicando más o menos lo que pasa. Cuando regresa a donde yo estoy y me dice que ya ha dado aviso, ya me relajo. Todo es cuestión de esperar, pues el tiempo sigue esplendido y tenemos bastantes horas de luz hasta el ocaso.

Esperando al rescate, me decido a mirarme la herida del muslo. Menos mal que no me la mire arriba, pues si la veo no doy ni un paso. La “cornada” es de preocupar y lo único que podemos hacer es taponarla con un “buf” limpio y comprimirlo todo con vendaje apretado.



Después todo se sucede muy rápido. Llega el helicóptero, bajan los rescatadores, me inmovilizan la pierna y nos sacan de dos viajes hasta Cordiñanes donde espera el helicoptero sanitario y una ambulancia.

Moraleja:

El casco yo no me lo quito ni para escalada deportiva.
A los tres nos salvo el casco, especialmente a Alberto que con toda seguridad estaría muerto si no es por el.

Es una locura escalar en montaña con cuerda simple. Siempre doble cuerda aunque sean de las modernas finas y ligeras.
Esta vía es susceptible de escalar con cuerda simple, pues no se rapela, pero a pesar de todo nosotros íbamos en doble lo que salvo a Kike. Además tuvo la suerte de que la cuerda que se partió fue la que no pasaba por el último seguro, lo cual redujo la caída al mínimo.

Siempre que sea posible hay que intentar montar las reuniones fuera de la vertical de la trayectoria del largo, sobre todo en las canales, corredores, etc.
Dos metros por encima de donde monte la reunión había un lugar igual de bueno y más protegido.

Siempre hay que llevar algo de botiquín.
Nosotros no llevábamos nada. Cagada, aunque supimos improvisar.

Hay que estar al día en temas de autorrescate.
La maniobra que nosotros necesitamos es de las mas sencillas, pero siendo esté un tema que me apasiona veo que el autorrescate es la “asignatura pendiente” de casi todos los escaladores."


Página web de Tente: http://www.arasdelcielo.com

www.barrabes.com
http://www.barrabes.com/revista/articulo.asp?idArticulo=6392

sábado, 31 de octubre de 2009

Escala ecológica

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Video de escala super ecológica, nada de elementos metálicos, ni magnesio, ni nada que pueda dañar la roca o contaminarla... Yo soy por ejemplo un detractor del magnesio ya que como muchos sabrán destruye el PH de la roca, acabando por romperla y evitando que donde caiga pueda crecer algún día alguna planta y si la hay la mata, pero esta gente va mas aya, mirar el video y disfrutarlo la verdad es que en cierta forma me encanta esa filosofía y si supiera correctamente emplear esa técnica no dudaría en utilizarla mas de una vez...


domingo, 20 de septiembre de 2009

Seguridad en el Rappel.

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Si el video se traba, apretar el pausa y esperar un poco asta que este cargue...

lunes, 31 de agosto de 2009

La injusta fama del ácido láctico.

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La explicación más común sobre los dolores que aparecen durante un esfuerzo intenso de breve duración o al día siguiente de haber hecho un esfuerzo intenso de larga duración apuntaban siempre al ácido láctico como responsable. Pero no lo es.

Durante la mayor parte de todo un siglo, tanto los atletas como los fisiólogos del ejercicio han considerado al ácido láctico como la causa principal de la fatiga muscular durante el ejercicio de alta intensidad, y lo han tachado de producto de desecho del metabolismo muscular. Pero ahora este modo de pensar ha quedado en entredicho, ya que los científicos han descubierto que esta sustancia que producimos en grandes cantidades no es la causante de la fatiga y de hecho ayuda a evitarla.



El inicio de este error parte de los experimentos del fisiólogo y premio Nobel británico Archibald V. Hill, que en 1929 estudió en su laboratorio el proceso de contracción hasta el agotamiento en los músculos de una rana y observó que se acumulaba ácido láctico cuando se producía el fallo muscular.

De este modo, Hill llegó a la conclusión de que el ácido láctico provocaba la fatiga vinculada a las repetidas contracciones musculares. Lo que él no sabía, y sólo recientemente hemos comprendido, es que cuando el músculo forma parte de un sistema biológico completo, en lugar de ser objeto de examen de manera aislada del resto del organismo, el ácido láctico sufre un procesamiento posterior y se convierte en fuente de energía que permite la continuación del esfuerzo. Es decir, no es la causa de la fatiga.

Ni tampoco es el ácido láctico lo que ocasiona los dolores musculares al día siguiente de la realización de un gran esfuerzo muscular. Este mito ha pervivido durante décadas y no acaba de esfumarse, a pesar de que desde hace más de veinte años existen pruebas de que esto no es así. Dicho dolor es más bien el resultado del daño producido a las células musculares como consecuencia del exceso de trabajo.



Así pues, si el ácido láctico no es culpable de los delitos que hasta ahora le habíamos atribuido, ¿qué produce la fatiga y la sensación de dolor o quemazón de los músculos durante los esfuerzos cortos e intentos, como sucede en los intervalos o en pruebas de pocos minutos de duración?

Para comprender la respuesta, es necesario considerar la escala del pH, que nos indica el grado de acidez o basicidad (alcalinidad) de los fluidos orgánicos en un rango de 1 a 14, a medida que los iones de hidrógeno aumentan o disminuyen.

En esta escala, las lecturas de pH inferiores al valor neutral de 7 indican una acidez cada vez mayor, en tanto los valores superiores a 7 indican una creciente alcalinidad. Así, algunos ejemplos de fluidos ácidos son el ácido clorhídrico (pH=1) o el vinagre (pH=3), en tanto la leche de magnesia (pH=10.5) y el amoníaco (pH=11.7) son sustancias alcalinas.



Durante el reposo, el pH de la sangre es aproximadamente 7.4, es decir, ligeramente alcalino. Cualquier cambio —por pequeño que sea en términos absolutos— en el equilibrio ácido-base de la sangre, tiene consecuencias muy importantes. Por ejemplo, durante un esfuerzo máximo de dos o tres minutos de duración, el pH de la sangre puede descender incluso a 6.4. En términos bioquímicos esto representa una oscilación de enorme magnitud, que provocará una sensación de ardor intenso en los músculos que trabajan y al mismo tiempo su incapacidad para continuar contrayéndose. Es decir, se ha instaurado la fatiga.

Si este descenso del pH no lo ha causado el ácido láctico, ¿qué lo ha causado? La respuesta está relacionada con las fuentes de energía utilizada durante unos breves periodos de esfuerzo, que son la glucosa y el glucógeno. Estas dos sustancias son carbohidratos, pero tienen una composición química ligeramente diferente. El glucógeno se acumula en el interior del músculo, donde su molécula puede ser escindida rápidamente para producir energía. Por su parte la glucosa, que se acumula en el hígado y también está presente en el torrente sanguíneo, es reclutada para la producción de energía para el ejercicio cuando las reservas de glucógeno no consiguen satisfacer las demandas o están agotándose.



Cuando la molécula de glucógeno se metaboliza para producir energía, libera un ión hidrógeno. Pero si es la glucosa la que se emplea con fines energéticos, como sucede cuando la intensidad del ejercicio supera las posibilidades del uso del glucógeno, entonces se liberan dos iones hidrógeno. De este modo, la concentración de iones hidrógeno se duplica rápidamente, haciendo descender el pH de la sangre y provocando el dolor y la fatiga asociado a la acidosis.

Por su parte, la cantidad de ácido láctico que se produce es la misma, independientemente de la fuente energética utilizada para la realización del trabajo. Lejos de ser una sustancia malévola, el ácido láctico es un aliado durante la realización de ejercicio físico intenso. Ayuda en gran medida a mantener la actividad a medida que el esfuerzo se va volviendo cada vez más duro.

Cuando los iones hidrógeno comienzan a acumularse, el lactato, además de transformarse en una fuente de energía, transporta dichos iones al exterior de las células musculares que están trabajando y ayuda a mitigar o amortiguar sus consecuencias negativas.

Después de casi 80 años, la mala reputación del ácido láctico ha quedado, por fin, favorablemente saldada.



Reproducido con permiso de Ediciones Desnivel de: Loren Cordain y Joe Friel. Paleodieta para deportistas. Una fórmula nutricional para el deporte de alto rendimiento. Ediciones Desnivel, Madrid. 2007. 296 páginas. ISBN: 978-84-9829-094-3. Páginas 52-53

jueves, 20 de agosto de 2009

Sobre turismo vertical

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Antonio Gómez Bohórquez, Sevi, coautor junto a Jesús Gálvez del conocido Pilar del Cantábrico en el Naranjo, se sube a la tribuna para expresar su opinión sobre una preocupante, asegura, tendencia: vías ferratas y su efecto sobre la escalada y el montañismo.

Para la mayoría, Antonio Gómez Bohórquez Sevi, no necesita presentación. Para el resto, saber que fue el autor, junto a Jesús Gálvez, de una de las líneas míticas de la oeste del Naranjo de Bulnes, El Pilar del Cantábrico, bastará. Escalador de trayectoria (primera absoluta a La Esfige, en Perú, en 1985 con Onofre García), especialmente en la tapia, pide ahora turno de palabra, precisamente, desde la gran pared.

Desde dos, concretamente, el alicantino Ponoig y Tabernes de la Valldigna, tapias que han visto recientemente como dos vías ferratas eran equipada en sus muros. Para Sevi, se trata de una tendencia preocupante, turismo vertical, que además en estos casos se agrava porque, afirma, destruyen una línea tradicional ya existente (el Espolón de los ingleses del Ponoig), y en el segundo caso (Tabernes) ocupan un paño todavía virgen y por escalar.

La otra parte, al menos la que está detrás del equipamiento de tan polémica "escalera" en el Ponoig, ha contactado también con esta redacción para acotar el alcance de la misma, pues asegura que el Espolón de los ingleses sólo ha visto invadida su línea en la mitad del último largo (por estética y seguridad), y que es perfectamente posible escalar ambas vías, la de escalada y la de escalones, simultáneamente y sin estorbarse. Sólo hay proximidad en las reuniones.




Sevi Bohórquez durante una escalada en la peruana Esfinge, en 1988. Foto: Col. S. Bohórquez



"A propósito del turismo vertical"

Escribo la presente carta porque quería comunicar a los lectores de Desnivel algo que me viene preocupando desde hace un tiempo y que tiene que ver con la nueva tendencia del ferratismo que, por el abuso de sus equipaciones, afecta especialmente a la escalada y al montañismo en general. Paso entonces a desarrollar los motivos de mi "preocupación" esperando que lo que expongo brevemente sirva para un amplio debate entre los lectores e interesados.

El caso es que tenemos en la provincia de Alicante dos ejemplos recientes de esa tendencia, que voy a tomar como muestrario de mi argumentación. Se trata de la vía ferrata del Ponoig y la de Tabernes de la Valldigna. La primera, como sabemos, destruyó una ruta clásica de escalada. La segunda se instaló en roca vertical que nadie había escalado.

Sobre la vía ferrata del Ponoig sé que fue concebida, con finalidades turísticas, por obra y gracia del Ayuntamiento de Polop de la Marina. De traerla al mundo se encargó la empresa de trabajos verticales de un conocido escalador deportivo que, para evitar riesgos, colocó el engendro metálico en la ruta de escalada del Espolón de los ingleses.

Ignoro si los aperturistas británicos solicitarán a las autoridades culturales del reino de Su Graciosa Majestad que emprendan acciones legales, amparándose en los derechos morales de la propiedad intelectual de la ruta. ¿Las emprenderá también nuestro Ministerio de Cultura por tan execrable atentado contra el patrimonio nacional de rutas clásicas de escalada?

Paradójicamente menos doloroso que el alumbramiento anterior, aunque igual de arbitrario, fue el de la ferrata de Tabernes porque usó para su creación una zona rocosa virgen. Los criterios y nociones de los autores de esta segunda vía se intuyen en foros como los del sitio web piedrasobrepiedra.com. Aquí explican que vía ferrata "[...] es un itinerario deportivo situado en una pared rocosa vertical equipado con escalones, cadenas, presas artificiales, puentes u otros elementos de sujeción y que poseen, en todo su recorrido, un cable de acero (cable de seguridad) que permite asegurar nuestra progresión y detener posibles caídas." Esta brillante explicación revela el nuevo concepto, ferratismo deportivo, que origina la tendencia sobre-equipadora que nos ocupa.


Panorámica de la vía ferrata equipada recientemente en el Ponoig. Foto: Sevi Bohórquez



Conviene recordar el origen estratégico militar de las ferratas tradicionales. Procuraban evitar las zonas más verticales de las montañas, no contaban con cable de seguridad en todo el recorrido -sino donde era necesario- y aprovechaban los agarres rocosos de buen tamaño para subir. Por el contrario, en los dos "itinerarios deportivos" citados han colocado cómodos y coquetos peldaños metálicos a corta distancia donde se puede trepar utilizando buenos agarres naturales.

Ya conocemos las consecuencias de tendencias anteriores, como el uso indiscriminado del magnesio o el del parabolt, que suelen relacionarse con la deportivación de la escalada. En las paredes rocosas vemos hoy agarres naturales, donde cabe una mano entera, tapizados de magnesio. Y son muchas las rutas clásicas desvirtuadas con excesivos parabolts, cercanos entre sí, incluso junto a estupendas fisuras que permiten la colocación fácil de fisureros o friends. Al pensar en esto, y en los errores que he podido cometer y cometido como montañista, me parece fundamentado temer al desconocimiento, a la falta de criterios razonables, y a la libertad para decidir qué ruta previa desvirtuar impunemente o en qué lugar de la montaña se colocará una vía ferrata, ¿no es verdad?

En el resto de nuestra península encontramos ejemplos parecidos a los expuestos. Son indicadores de que el ferratismo deportivo tiende a invadir espacios dedicados hasta el momento a la escalada. Cabe imaginar entonces la montaña relegada a la categoría de parque temático para deleite de seudoaventureros, y para mayor beneficio de la industria y el comercio turístico. Así, cuando alguien menos cualificado sienta la necesidad de satisfacer su ansia de turismo vertical y adrenalina, con los medios adecuados a sus limitaciones, ¿tendrá libertad para mandar instalar algún tipo de ascensor en las paredes de las montañas?

A raíz de todo lo anterior surgen mis principales preguntas: ¿Son razonables mis temores? ¿Hasta dónde llegan mis privilegios de montañista para reequipar rutas ajenas o instalar vías ferratas sin el consenso de los demás? ¿Está amenazado el patrimonio de rutas clásicas de escalada? ¿Estudia la UIAA u otra entidad los posibles efectos de dicha tendencia ferratista por si fueran necesarias algunas recomendaciones o normas preventivas?

Con la esperanza de que podáis aclarar mis dudas y vuestros recursos ayuden a resolver lo que percibo como un problema, si lo fuera, me despido atentamente.

Progresando por la vía ferrata de Tabernes de la Valldigna. Foto: Arturo J. Gómez



Sevi Bohórquez

Desnivel

lunes, 17 de agosto de 2009

Lo siento Oscar...

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Me dirijo aquellos que lean este blog con tristeza por las últimas noticias sobre Oscar Perez...
No entiendo, lo ocurrido, en lo que tendría que ser, las horas más felices de Oscar, la verdad no entiendo nada, tengo una gran sensación, de que a Oscar lo han abandonado, si abandonado, por lo que hasta que Oscar este, de nuevo con nosotros, de una forma u otra, no cerraré este capítulo, en este blog, poniendo las últimas noticias, sobre lo acontecido, hasta que Oscar regrese a casa...


“El querer lo es todo en la vida. Si queréis ser felices lo seréis. Es la voluntad la que transporta las montañas.”
Alfred Victor de Vigny (1797-1863) Escritor francés.

viernes, 14 de agosto de 2009

Noticias esperanzadoras

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Según informa Radio Huesca, las últimas palabras que Óscar Pérez le dijo a Novellón la semana pasada cuando sufrió el accidente fueron "hasta dentro de diez o doce días que volveré a verte". Esta frase comunicada desde el campamento base por Novellón a Peña Guara ratifica que Pérez era consciente de los días que iban a transcurrir desde que su compañero pudiese bajar a dar aviso y luego montar todo el operativo. El oscense atrapado en la montaña la conoce bien y por tanto, se ha explicado, ya sabía que mentalmente se tenía que empezar a preparar.

Después de todas las gestiones de los últimos días por fin se ha empezado a subir hacia el punto de rescate. Ya contaríamos ocho días desde el accidente y se estima que si todo va bien en dos ó tres días podrían llegar hasta Oscar. En total diez o doce días. Los helicópteros seguirán sobrevolando la zona para que Oscar sienta que están en con él.

Confiamos en que Oscar ha sido capaz de aguantar todos estos días en la montaña en espera de ser rescatado. Una vez que puedan llegar hasta él y después de comprobar su estado se volverán a tomar nuevas decisiones.

El presidente del Gobierno Jose Luis Rodríguez Zapatero se ha puesto en contacto con el primer ministro pakistaní Yusuf Razá Guilani, pidiéndole que tome las medidas necesarias para completar con éxito el rescate.

Ultimo comunicado de Peña Guara:

En la tarde del miércoles 12 de Agosto, se cambió el Campamento Base de la cara Norte a la Sur. A última hora, Alvaro Novellón y Frabizio Zangrilli, que estaban en el glaciar Biaffo sin equipo para pasar la noche, fueron trasladados en helicóptero a Skardu reuniéndose con el resto del equipo coordinado por Sebastián Álvaro.Ayer jueves 13 de Agosto a las 12:15 horas españolas (16:15 en Pakistán), se tiene la siguiente información referente al dispositivo de rescate.El equipo expedicionario de rescate llegó desde España, el jueves a las 4:00 AM, hora paquistaní. En el aeropuerto de Rawalpindi, eran esperados por la secretaria de la embajada de España en Pakistán. El vuelo que los tenía que trasladar a Skardu había sido suspendido pero lo han solucionado embarcando en un helicóptero de transporte militar MI 18.Una vez en Skardú, han mantenido una reunión de coordinación con las personas que ya se encontraban en Pakistán. Tras ello ha salido un helicóptero que, en dos viajes, moverá equipo y las siguientes personas:

- Tres alpinistas: Jordi Corominas, Jonatan Larrañaga y Frabizio Zangrilli
- Cuatro porteadores de altura que apoyarán el avance de la cordada hacia el collado.
- Otros siete porteadores que irán montando el campamento base.

El helicóptero aprovechará para intentar sobrevolar la zona donde está Oscar Pérez, coger información de las condiciones y hacer notar a Oscar que el dispositivo de rescate está en marcha.El objetivo está en que los porteadores monten el Campo Base, y a la vez, los tres escaladores, inicien la noche del jueves el comienzo de la ruta.El resto del equipo llegará al Campo Base en helicóptero hoy viernes. De esta manera los escaladores Dani Ascaso, Jordi Tosas, Simón Elías, Ramón Portilla, Álvaro Corrochano, Moratinos y otros dos escaladores americanos, estarán en condiciones de sustituir por turnos a los que hayan ido subiendo e instalando la ruta de ascenso y descenso.Sebastián Álvaro comunicaba todo esto desde Skardu con la sensación de que ahora ya estaba totalmente operativo el equipo de rescate.Hoy viernes 14 de agosto, se convocara a las 12: 30 horas una rueda de prensa en la sede del Club Peña Guara de Huesca para informar de las novedades que se produzcan a partir de hoy.

Rueda de prensa de Peña Guara:

A las 10’15 se ha podido contactar con Sebastián Álvaro desde Skardu. Las noticias son muy esperanzadoras. Hoy, como estaba previsto, se ha desplazado todo el equipo material y humano hasta el Campo Base. La disposición del ejército paquistaní es muy buena, tanto es así que el helicóptero ha parado en el glaciar a recoger la carga que había dejado ayer a unas cuatro horas del emplazamiento del Campo Base y la ha dejado en él, lo que nos ha ahorrado un buen trabajo.

También nos confirma Sebas que se ha realizado un vuelo por la montaña a 6.300 metros. Este vuelo tenía como finalidad que Oscar vea que se le está buscando y darle una inyección de moral. La posibilidad de verlo a él es muy remota dadas las dimensiones de la montaña aunque se han hecho fotos para analizarlas a ver si es posible distinguir algo.

Hoy es la fiesta de la Independencia de Pakistán y todo está cerrado, por eso, Sebas no sabe si va a poder enviarnos las fotos que ha hecho. Si hay suerte y las recibimos, las pondremos a disposición de los medios de comunicación.

Aunque no hay confirmación oficial, Sebas nos dice que ya deben de estar equipando el acceso al collado. No obstante hemos quedado en volver a comunicarnos antes de las doce, hora española, por si hay cualquier novedad.

A las 12 horas nos hemos puesto de nuevo en contacto con Sebas. Todo va según lo previsto y ya está todo el mundo trabajando para llegar lo antes posible hasta Oscar. Las próximas horas van a ser cruciales, según nos dice Sebas.

Ha vuelto a reiterar la buena predisposición de los pilotos. También nos pide que se mantengan los contactos de las autoridades españolas con las paquistaníes porque se va a necesitar de nuevo la utilización de los helicópteros para la evacuación de los equipos de rescate una vez terminado el operativo. Ahora hay que organizar la asistencia médica para cuando Oscar llegue a Skardú así como la necesidad de mantener constante contacto médico con el equipo de rescate. Se confirma que los alpinistas ya están trabajando en la pared haciendo relevos ininterrumpidamente en esta carrera contra el reloj. Esperamos que el buen tiempo que hace en la zona siga colaborando con nosotros. Mañana, a las doce y media del mediodía, se convocará una nueva rueda de prensa para actualizar la información recibida.


Por REDACCIÓN BARRABES.COM -Viernes, 14 de agosto de 2009

Tomaz Humar: "Tiene que actuar el Rey o Zapatero directamente"

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A varios miles de kilómetros de Pakistán, pero también muy lejos de Huesca, un hombre sigue con especial atención el rescate de Óscar Pérez, el alpinista aragonés que permanece atrapado desde hace ya seis días en la pared del Latok II. Es Tomaz Humar, uno de los escaladores más celebres del mundo, el mismo que en 2005 protagonizó una asombrosa e insólita operación de salvamento a casi 6.000 metros de altitud en el Nanga Parbat. Desde su casa en Eslovenia recuerda aquellos días en los que la más alta diplomacia y una importante movilización internacional contribuyeron, no sin la inevitable dosis de polémica, a salvarle la vida. Ambos casos tienen muchas similitudes —por desgracia, también unas cuantas diferencias— y por eso pedimos a Humar, que conoce muy bien el país y a algunos de los personajes clave en esta historia, que nos ayude a entender lo que está viviendo Óscar Pérez en la arista norte de una de las montañas inexpugnadas del Karakorum.
"Tiene que ser el Rey de España o el presidente del Gobierno quien realice directamente las gestiones para sacarlo de ahí", asegura Humar. A la dificultad de la cordillera se le une la pesada burocracia paquistaní, donde el Ejército coordina las labores de rescate. Y para que los militares muevan un dedo es obligatorio que los mandos se muestren diligentes —cuanto más alto esté en el escalafón quien tenga verdadero interés en movilizar a los equipos (como ocurre en todos lados, por supuesto), mayores serán las posibilidades de éxito—. Por eso Humar reclama que se intervenga directamente desde arriba, de Zapatero a Asif Ali Zardari. Como ocurrió en su caso, cuando el presidente de la República de Eslovenia consiguió que el asunto llegara hasta el general Pervez Musharraf, entonces presidente y jefe del Ejército en Pakistán.
Los movimientos diplomáticos fueron fundamentales, con el tiempo corriendo en contra. Musharraf ordenó a dos de los mejores pilotos de la fuerza aérea, el teniente coronel Rashid Ullah Beg y el teniente coronel Khalid Amir Rana, que rescataran del Nanga Parbat a Humar, arriesgando la vida de sus hombres por otro, extranjero, que voluntariamente había decidido jugarse la suya. Hoy la diplomacia española se mueve desde Islamabad, pero, según cuenta Sebastián Álvaro, "la cosa va desesperadamente lenta". El ex director de 'Al filo de lo imposible' coordina en Skardu el rescate y sus últimas palabras a la revista Desnivel no son muy optimistas ni dan la impresión de que la vida de Óscar Pérez cuente tanto como la de Tomaz Humar [puedes leer el relato de Álvaro en desnivel.com].

Óscar lleva ya siete días aislado, prácticamente los mismos que pasó Humar en la pared del Rupal, y se encuentra aproximadamente a 6.200 metros —el esloveno permanecía sobre los 6.000 metros cuando el helicóptero de Rashid Ullah Beg le arrancó de la pared en el rescate a mayor altitud realizado hasta el momento—. Ahí están algunas de las similitudes, además de la dificultad de la montaña o el excelente nivel de los dos alpinistas. Pero las diferencias entre ambos casos son, si no más importantes, sí más dramáticas, y complican el desafío. En el accidente que sufrió Óscar Pérez se rompió una pierna y un brazo. Su compañero de escalada, Álvaro Novellón, le dejó todo lo que llevaban: dos sacos de dormir, ropa de abrigo, comida liofilizada, barras energéticas y varios cartuchos de gas. Y aquí viene la segunda diferencia: Humar llevaba una radio y podía comunicarse; Óscar no dispone de ningún tipo de conexión.
"Siete días ya es muy duro. Lo más importante, a pesar de las lesiones, es que se mantenga equilibrado de cabeza. Que coma y beba también, pero la estabilidad emocional es clave en estos momentos", explica Humar. Desde los primeros momentos ha ayudado en todo lo posible al equipo de crisis del club Peña Guara de Huesca, especialmente facilitando contactos. Humar es amigo personal de Nazir Sabir, probablemente el montañero pakistaní más importante, presidente del Club Alpino de su país, empresario, ambientalista y también con una importante carrera política. Y sabe muy bien la importancia de que buenos pilotos participen en la operación. Algunos, como el propio Rashid Ullah Beg, se dedican ahora a otras tareas en el Ejército, nos cuenta Humar.

Agosto de 2005. El mejor alpinista esloveno atrapado en el Nanga Parbat. Todo el país y muchos medios extranjeros pendientes. Después de una semana vivaqueando, metido en un húmedo agujero, muerto de hambre y frío, ya al límite de sus fuerzas, dos helicópteros acceden a su pared con la intención de llevárselo colgado. A 6.000 metros no hay aeronave con potencia suficiente para mantenerse quieta, sometida a las propias corrientes que genera, pegada a las rocas y con el nervio para capturar a un hombre de más de 70 kilos y bajarlo a la base de la montaña. Sólo un Lama SA-315B, con un gran piloto al mando, puede volar con garantías en el fino aire de las alturas. Jamás se había intentado y, en palabras del propio Humar, "si hubiéramos repetido 100 veces esta operación, nunca saldría".
A las 4.30 a.m se duerme. A las 6.18 el ruido de un helicóptero le despierta. Enciende la radio. "El rescate está en marcha", le dice uno de los pilotos. Humar no quiere entrar hoy en los detalles de aquel día —"no pretendo ser protagonista"—, pero los relatos de la época cuentan cómo una de las dos aeronaves se aproxima a escasos metros de la pared, con las aspas casi tocándola. Le lanzan tres cuerdas con una bolsa llena de piedras en su extremo. "Estaba colgado de la pared, balanceándome. Las ráfagas de viento hacían muy difícil respirar, y con las turbulencias y las avalanchas cayendo sobre las hélices era todo un caos. Los pilotos se pasaban las mascarillas de oxígeno entre ellos", explicaba Humar a National Geographic. Finalmente consiguió agarrar una de las cuerdas. Sólo tenía unos segundos para atarse, pero el mosquetón estaba congelado. "Comencé a chuparlo, la piel de la lengua se rasgaba, pero lo descongelé y logré atarme". Pero Humar olvidó un pequeño asunto: seguía atado a la pared y el helicóptero ya tiraba de él. La debacle estaba cerca. Había preparado un cuchillo la noche anterior, pero sus dedos estaban congelados como para encima encontrarlo en los bolsillos. En la crónica de National Geographic se describe la tensión del momento: o caía el helicóptero, o arrancaban parte de la pared o todo al mismo tiempo. Pero lo que pasó fue lo menos probable. Las cuerdas que ataban a Humar a la montaña se rompieron y el helicóptero voló libre hacia la base de la montaña con su presa sana y salva.
Será muy difícil que la historia se repita con Óscar. De momento, como cuenta Sebastián Álvaro en una crónica "de urgencia", todo el asunto de los helicópteros está siendo una chapuza. Hoy mismo, que han decidido trasladar el campo base a la vertiente sur del Latok, un MI 18 ruso no ha querido asumir el riesgo de aterrizar en la zona. Los planes han cambiado y se ha perdido un día. Desde Peña Guara nos explican que está descartado un rescate al estilo del de Humar, al menos no donde se encuentra Óscar Pérez. "Es muy peligroso y genera corrientes. Otra cosa es que se llegue hasta él —Álvaro Novellón y el norteamericano Fabricio Zangrilli ya están preparados, y se espera a otros dos americanos—, se le baje y entonces un helicóptero intente el traslado", aseguran en el equipo de crisis.
¿Qué opina Humar? "Será muy complicado llegar por la pared vertical. En estos momentos hay que dar con su posición, tener un contacto visual, realizar fotos, tratar de ver si está bien. Y a partir de ahí, cuando se le tenga localizado, rescatarle. Si no está muy herido y pierde sangre, puede aguantar 10 días. Si tiene algún tipo de luz podría servir para verle. Espero lo mejor. Que Dios le salve la vida".
¿Qué dicen en Huesca? "El martes los helicópteros intentaron dar con él, pero no le vieron. Sí, se hicieron fotos. No, no sangra. La diferencia importante con el rescate en el Nanga Parbat es que Óscar está lesionado y no tiene teléfono". [Un par de horas después de hablar con ellos, en un comunicado en la web de Peña Guara mostraban su desesperación]
¿Y en Pakistán? "Parece que las presiones diplomáticas dan su fruto. Ha llegado un representante de la embajada española en Islamabad y mañana espero a los cinco alpinistas españoles que llegarán a Islamabad" (Sebastián Álvaro).
Así están las cosas. Complicadas. Como lo fue el rescate de Tomaz Humar.
Para seguir el rescate:
Revista especializada de montaña Desnivel
Información desde la página de Peña Guara
También en Barrabes.com siguen la operación de salvamento en el Karakorum
Un buen blog sobre montañismo, Basabide, en El Correo Digital

Por BORJA ECHEVARRIA (SOITU.ES)

jueves, 13 de agosto de 2009

"Las noticias son desesperantes"

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Así comienza el club de montaña Peña Guara de Huesca el último comunicado respecto a la situación del operativo de rescate en el Latok II. Tras estar todo organizado, buen tiempo, y con el visto bueno del Jefe del Estado Mayor del ejército pakistaní, los vuelos no salieron como estaba previsto. Al menos se consiguió trasladar a la parte sur de la montaña a Álvaro Novellón y al americano Fabricio, y depositar en la zona un depósito de material, aunque a 8km del lugar previsto.

Óscar Pérez durante el intento al Latok I
El tiempo en la zona permanece estable durante días, lo cual es una bendición extraña en el Karakorum, y eso es un factor muy beneficioso para Óscar Pérez, que ya lleva 8 días en un vivac a casi 6.300 metros de altura con una pierna rota, y probablemente con otra rotura en una mano. El dispositivo de rescate ha sido muy complicado de organizar, y para que comenzara ha habido que aunar muchas voluntades y esfuerzos, contando con la intervención directa y constante del presidente aragonés, Marcelino Iglesias, y del presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Pero la escasa colaboración del ejército pakistaní está ralentizando todos estos esfuerzos. Hay que entender que las cosas en Pakistán funcionan a su ritmo, como todo el que haya estado allí sabe de sobras, y que algo como que su ejército, con sus graves problemas internos y su eterna semi-guerra con la India, colabore en algo así, hace apenas 2 años habría sonado a chino, pero Óscar lleva ya 8 días en la pared, aunque con buen tiempo y comida y ropa de abrigo y varios cartuchos de gas.
Al respecto, cuando el año pasado hubo prensa española que afirmó que el gobierno pakistaní había publicado un comunicado sobre la tragedia del K2, nos pusimos en contacto con la embajada española en Madrid. Su respuesta fue clara: "¿Conocen Pakistán? ¿Su situación? Hoy ha habido un atentado con 25 muertos. Es lo habitual ¿Ustedes creen que el gobierno de Pakistán tiene tiempo para publicar un comunicado sobre unos alpinistas occidentales que se han arriesgado a subir al K2 por su propia voluntad?"
Ayer se tenían todos los permisos, y estaba previsto que mientras Álvaro y Fabricio comenzaban a ascender, un helicóptero trasladaba un depósito de material y a otros dos americanos al campo base. Pero no fue así.
Primero hubo un cambio de planes. Al tener posibilidad de helicóptero, se pensó que se ganaría mucho tiempo si el mismo trasladaba a Álvaro y a Fabricio a la cara sur de la montaña, mucho más fácil de ascender, lo que les haría ganar unos días preciosos en su ascenso hasta Óscar. Ése mismo helicóptero trasladaba allí todo el material y a los americanos, ya que el descenso por esa cara también será mucho más sencillo y rápido.
Pero aunque no había ningún impedimento, el plan de vuelos previsto no se cumplió, según informa Peña Guara:
"Las noticias son desesperantes. Las gestiones en Pakistán están resultando lentas y complicadas, a pesar de que oficialmente se cuenta con el apoyo total de las autoridades locales. Después de estar esperando toda la mañana para contactar con Sebastian Álvaro (Al Filo de lo Imposible), finalmente ha sido él quien se ha puesto en contacto con Peña Guara, muy sorprendido, porque no se ha completado el programa de vuelos previsto para hoy por la mañana.
La Embajada Española en Pakistán está volcada en esta operación de rescate e incluso se ha desplazando un funcionario hasta Skardú para hacer todos los trámites y gestiones sobre el terreno. El Jefe del Estado Mayor de Ejército pakistaní ya había dado órdenes a la sección de helicópteros Skari Aviation en Skardu para trasladar lo más cerca posible a dos alpinistas norteamericanos para colaborar en el rescate y efectuar un vuelo de reconocimiento para tratar de ver a Oscar Pérez y sobre todo para que Oscar se sienta buscado. Sin embargo y a pesar de que el tiempo es bueno y que oficialmente se cuenta con todo el apoyo disponible, incomprensiblemente, no se ha cumplido el programa.
En el plano esperanzador, finalmente 2 helicópteros han despegado y han depositado sobre el glaciar de Biafo, en la cara sur de la montaña 215 Kilos de material, pero a 8 kilómetros del lugar preestablecido. La aviación pakistaní argumenta que hay muchas grietas y no se puede aterrizar en otro sitio. También se ha trasladado a Álvaro Novellón y Fabricio Zangrilli a la vertiente sur, para acceder lo más rápido posible a la pared y socorrer a Oscar, pero no han podido dejarlos sobre la carga depositada, sino a unas dos horas caminando y a la espera de otro vuelo con el resto del material."
Por REDACCIÓN BARRABES.COM - Jueves, 13 de agosto de 2009

miércoles, 29 de julio de 2009

Anillo Ventral/Cinta de Seguridad

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El anillo de aseguramiento de un arnés sigue siendo el gran desconocido para muchos escaladores. Sus múltiples posibilidades y los inquietantes resultados de unas recientes pruebas de laboratorio nos obligan a cuestionarnos si lo estamos empleando correctamente.

¿Son fiables?

Desde que en 1978 el fabricante inglés Troll añadiese a sus arneses el primer anillo ventral de la historia, una nueva duda se introdujo en el mudo de la escalada ¿era para asegurar al primero o simplemente para rapelar?

Y ya que nos ponemos en plan preguntón ¿cuánto aguanta, menos que el resto del arnés o más? ¿200 o 2.000 kp?

Muy pocos fabricantes han facilitado hasta el momento ese dato, pero gracias a las recientes normas CE ya sabemos que como mínimo tiene que soportar 1.500 kp cuando está por estrenar. Bien. Pero esa cifra tranquilizadora no lo es tanto según unas pruebas realizadas a finales de 1998 por Emanuele Pellizzari, uno de los mejores especialistas europeos de material de montaña, en el laboratorio de Schio Vicenza.

Los resultados que ha obtenido se muestran muy interesantes: todos los anillos nuevos analizados fluctuaban entre los 1.575 y los 2.500 kp (cumplían por tanto la normativa) pero con sólo 2 o 3 años de uso podían bajar en ocasiones hasta los ridículos 700 kp. Con los arneses en sí no parece haber una merma tan drástica: llegan a los 1.200 -1.700 kp.

Aunque existe en el mercado algún que otro anillo de rápel bastante más fuerte -¡nuevo 3.200 kp!- que posiblemente envejezca mejor, lo cierto es que la mayoría de las firmas ofrecen una seguridad limitada en el tiempo. ¿Y qué podemos hacer ante tamaña incertidumbre?, sencillo: superponer otro anillo que obviamente tendrá que ser anudado.

Cómo encontrar una solución sencilla y eficaz
La superposición de otro anillo no pretende ser alarmista. No afirmamos que todos los anillos aguanten poco en el tiempo, si no que ante la duda y si nuestro arnés supera un año de uso medio (todos los fines de semana) parece razonable añadir un buen cordino.

¿Y por qué no una cinta? pues simplemente para no aumentar en exceso el diámetro del conjunto, lo que redundaría en un mayor volumen y en un sobresfuerzo innecesario del mosquetón de seguridad.

Una solución interesante puede ser el confeccionar el anillo con un cordino de reducido diámetro y alta resistencia, o sea de Kevlar o Dyneema. En 5,5 mm ofrecen entre 1.300 y 1.800 kp, por menos de 600 ptas./metro. 85 cm bastarán.

Aunque el Dyneema resulta más flexible y anudable, todavía existen partidarios del Kevlar que habrán de rematar los cabos de forma diferente a la practicada con los cordinos convencionales o el citado Dyneema.

El anillo en sí...

Sea de Kevlar o de Dyneema, el anillo debe cerrarse con un nudo especial. El más recomendable es el triple pescador, porque con los nudos habituales (ocho por chicote, doble pescador, etc.) existe riesgo de deslizamiento baja una carga elevada.

Tendremos así un aro de unos 20 cm de perímetro que colocaremos en idéntica posición que el anillo original del arnés. Posteriormente deberemos colgarnos sólo del anillo de cordino para apretar a fondo el nudo; bastará con anclarnos un momento a la primera chapa de una vía por ejemplo.

Conviene recordar que en aquellos modelos con anillo cosido de más de 20 mm de ancho, se debe emplear siempre mosquetones robustos, que superen los 2.500 kp y lo suficientemente amplios como para que no interfieran con el nudo del cordino.

Aseguramiento al primero

1) El freno está anclado directamente al anillo. De esta forma mosquetón, dispositivo de aseguramiento y anillo trabajan sin trabas y se orientan de manera idónea en caso de caída.

2) El asegurador desconfía de su anillo y piensa que dos puntos de anclaje, pernera y cintura, son más seguros que uno solo (el anillo). Cierto, pero peligroso en este caso.

El mosquetón no puede trabajar sin trabas y la acumulación de cintas tan anchas perpendiculares entre sí genera una solicitación triaxial. Con caídas pequeñas no existe peligro pero en vuelos serios puede partirse, tal y como ocurrió mortalmente dos veces durante 1998 en Inglaterra. Si el propietario del arnés desconfía del anillo tiene dos opciones mucho mejores que mosquetonear a pernera y cintura: añadir el cordino cómo se ha descrito con anterioridad o comprar un arnés nuevo!

3) Resulta evidente que una cuerda simple aguanta más que el propio anillo. Por dicho motivo el asegurador ancla el freno a su propio encordamiento, desconociendo que el nudo de ocho trabajando en esa posición puede deshacerse bajo una fuerte carga.

¿Y en top-rope?

En vías de descuelgue es frecuente ver a alguien que asciende en top-rope encordado a un mosquetón. Constituye una forma rápida y suficientemente segura sólo si se observan algunas precauciones:

» Obviamente hay que utilizar un mosquetón de seguridad. Para esta maniobra deben evitarse los de cierre automático, pues pueden abrirse al rotar contra la ropa del escalador o

contra la propia piedra en una caída de tipo pendular.

» Preferiremos el empleo de dos mosquetones de rosca clásica con los cierres contrapeados o de uno solo de doble seguro (automático + bayoneta) o bayoneta simple.

» No utilizar nunca el encordamiento sobre mosquetón para escalar de primero o para ir de segundo en vías con travesías o de pared. Sin embargo resulta interesante para reencordarnos cuando nos bajamos sobre un descuelgue que no se abre.

Pequeños consejos

» No forrar el anillo con cinta para prevenir el desgaste, pues su adhesivo puede dañar la poliamida o poliéster. El problema de superponer de forma casera cualquier otro protector estriba en que el estado del anillo no es comprobable a simple vista.

» Cada varios meses podemos volver sobre sí mismo el anillo para que no sean siempre las mismas costuras las que estén expuestas exteriormente al rozamiento.

» Si un arnés no es eterno, su anillo ventral menos. Tres años para un modelo empleado todos los fines de semana, y cinco para uno utilizado ocasionalmente es un límite razonable. La práctica de la escalada deportiva desgasta más el anillo que la escalada clásica, pues se usa continuamente para descolgar a un compañero mientras trabaja una vía o detener varias caídas seguidas.

Fuente: Desnivel

lunes, 27 de julio de 2009

Se rompió el arnés...

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"Estaba realmente muy gastado"... Palabras de Jim Hewett, compañero de cordada durante la última escalada de Todd Skinner, en referencia al anillo del arnés del desaparecido escalador estadounidense, leyenda del libre en grandes paredes, que fallecía el pasado lunes 23 de octubre en Leaning Tower (Yosemite), mientras descendía por unas cuerdas fijas en la vía Jesus Built My Hot Rod. Junto a Hewett, Skinner estaba enfrascado en la apertura de una nueva línea en libre en esta tapia del Valle.

Hewett , quien vio caer a Skinner al vacío, se refiere al arnés del desaparecido escalador americano, y concretamente al anillo del mismo, la parte más resistente del baudrier. "Estaba realmente muy gastado, lo había notado algunos días antes, y él mismo era consciente de que era algo de lo que preocuparse". De hecho, amigos de Skinner comentaron que Todd había pedido varios arneses nuevos por correo, pero que aún no le habían llegado.



"Demasiado surrealista"

Hewett declaró después del accidente que el anillo se había roto cuando Skinner estaba colgando en el aire debajo de un saliente que sobresalía de la pared. De hecho, ha asegurado que "supo exactamente lo que había sucedido justo cuando sucedió", y añadió, claro, que "era para no creerlo, era demasiado surrealista".

El mismo lunes por la tarde un equipo de búsqueda y rescate halló el cuerpo ya sin vida de Skinner en unas rocas cerca de Bridalveil Falls, y efectivamente, pudieron comprobar que el anillo de su arnés estaba roto.

Algo realmente inusual en el mundo de la escalada, y que como declaraba Ken Yager, presidente y fundador de la Yosemite Climbing Association, "ha dado qué pensar a la gente ahora sobre su arnés viejo". Y es verdad...

Fuentes: Desnivel, ukclimbing.com

domingo, 12 de julio de 2009

Síndrome del arnés

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Estar colgado de una cuerda tiene sus riesgos, sobre todo si es mucho tiempo. El síndrome del arnés es poco conocido y no se le presta atención pero sus consecuencias pueden ser graves. Cañonistas, espeleólogos y escaladores que pretendan estar colgados de su arnés mucho tiempo, deben conocer este síndrome.

El síndrome del arnés es una patología que requiere la combinación de dos factores para su aparición que son la inmovilidad y la suspensión. El factor de inmovilidad puede darse tanto en personas que quedan inconscientes (por un golpe, el impacto de piedras, etcétera) como en personas que lleguen al agotamiento, lo cual les pueda suponer quedar suspendidas de una cuerda (segundo factor necesario).

Esta situación provoca una acumulación de sangre en las piernas (se calcula que de un 60%) por un fallo en el retorno venoso, la cual implica que hay menos sangre para que el corazón pueda mantener correctamente los órganos vitales. Rápidamente se puede perder la consciencia (en personas que no quedaron suspendidas por estar inconscientes), y si el síndrome avanza puede llegar a producirse la muerte de la persona bloqueada. Debemos tener en cuenta que la rapidez con la que una persona puede presentar los síntomas de síndrome del arnés depende de sus condiciones físicas, pero estos síntomas pueden aparecer a partir de los 10 minutos de estar suspendidos (en algunas personas podrían aparecer antes), y que normalmente no se suele aguantar más de 30 minutos.

Los síntomas que presenta el síndrome del arnés son entumecimiento de pies y piernas, aturdimiento, náuseas, taquicardia, dolor intenso, disminución del nivel de conciencia, etcétera.



Un problema que nos encontraremos para evitar la aparición del síndrome del arnés en personas conscientes es que no hay signos premonitorios claros, pues se han realizado estudios en los que personas que permanecían colgadas y quietas han pasado repentinamente de estar tranquilos a presentar rápidamente síntomas.

Es importante que conozcamos que factores como la imposibilidad de mover las piernas, la deshidratación, la hipotermia, el dolor, la fatiga, los antecedentes de enfermedad cardiovascular o respiratoria y el estado de inconsciencia aumentan el riesgo de padecer el síndrome del arnés.

Prevención
Dentro de la prevención podemos diferencias dos tipos de acciones, las personales, para evitar la aparición del síndrome del arnés cuando nos podamos encontrar en una situación de suspensión en una cuerda, y las acciones genéricas destinadas a divulgar la gravedad del síndrome del arnés, para concienciar y evitar que alguien pueda padecerlo.


Personales. Elegir el arnés adecuado a nuestra talla y llevarlo bien ajustado (ni mucho ni poco). Mantener una posición semisentada ayudándonos, si hiciese falta, de un arnés de pecho que evite que quedemos en posición horizontal. Mover las piernas y en caso de no ser posible, mantener las rodillas dobladas.


Generales
Mentalizar de la gravedad del síndrome del arnés a los practicantes del barranquismo, remarcando que la posibilidad de muerte puede darse en 10 minutos. Adquirir la formación específica para poder resolver situaciones de autorrescate en los barrancos. Garantizar un rescate rápido combinando el conocimiento de las técnicas de autorrescate con el entrenamiento (si no tenemos aún suficiente autonomía, éstas deben estar supervisadas por un profesional). Tranquilizar al rescatado al llegar hasta él, pues es de vital importancia que ejecute las instrucciones que le demos (como mover las piernas para evitar la aparición de síntomas). No realizar nunca el descenso de barrancos en solitario. Es altamente aconsejable que la gente que empieza y no tiene suficiente autonomía vaya siempre acompañada por, al menos, una persona técnicamente preparada o por un profesional contratado para ello.

Tiene que quedarnos muy claro (cristalino, más bien) que debemos evitar cualquier tipo de situación que nos lleve a la posibilidad de quedar bloqueados en una cuerda, tanto a nosotros como a cualquier persona que nos acompañe en un barranco.

Tratamiento
Además de realizar un rescate lo más rápido posible, lo único que podremos hacer es poner a la persona en una posición que favorezca el poder recuperar un estado más o menos normal, mientras damos aviso a los cuerpos profesionales de rescate para que lo trasladen rápidamente a un centro hospitalario (para ello, debemos tener en cuenta cuánto tiempo ha sido pasado suspendido desde la aparición de los primeros síntomas). Estas posiciones son agachado o en cuclillas, o en posición semisentada. Si el herido está inconsciente, debemos colocarlo sobre el costado derecho en posición fetal. Esta posición se debe mantener entre 30 y 40 minutos antes de pasar a una posición horizontal.

Debemos evitar a toda costa la posición antishock o las posiciones horizontales. Por la acumulación de sangre en las piernas se provoca una falta de carga en el ventrículo derecho, y si colocamos al herido en estas posiciones crearíamos una sobrecarga aguda desde el ventrículo por retorno masivo de sangre que se había cumulado en las piernas durante el tiempo que permaneció en suspensión (esto es más conocido como “muerte del rescate”).

Evidentemente, mientras esperamos la llegada del rescate profesional, pondremos al rescatado en un lugar seguro, protegido del frío y los agentes externos y bajo constante vigilancia, por si su estado empeorase y fuese necesario aplicarle maniobras de reanimación cardiopulmonar.

En conclusión, el síndrome del arnés constituye un riesgo vital para todos aquellos que practicamos el descenso de barrancos, pues ante la posibilidad de quedar bloqueados e inmóviles en una cuerda podemos llegar a perder la vida.

Jesús Montesa y Obdulia García. Autorrescate en barrancos. Ediciones Desnivel, Madrid. 2005, 186 páginas. ISBN: 978-84-96192-88-1. Páginas 135-138

sábado, 4 de julio de 2009

EL HONOR DEL ALPINISTA

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Articulo de Cesar Perez de Tudela que me parecio interesante y me gustaría compartir con todos.


El honor es un sentido de respeto hacia nosotros mismos. Es un patrimonio del ganado con el digno ejercicio de la vida.

El honor incide en ella y ésta es la esencia misma del .

El alpinismo, grande o menos grande, siempre es un juego trascendental, sea cual sea la importancia de la actividad. No importan quizás tanto las llamadas como la lucha del hombre contra nuestra propia debilidad, siendo por tanto accesible a todas las del hombre en la montaña.

Es admirable la destreza de un que escala solo en una pared dolomítica, pero también lo es la actitud de un modesto principiante que lucha arriesgándose sobre una pequeña escalada.

El es esa cualidad moral de respeto hacia uno mismo que surge tras la limpia acción del juego alpino, siempre ideal y nunca materializado.

Es la gloria derivada de los buenos hechos. Es la honestidad del joven inexperto que quizás tiembla en el paso acrobático. Es al fin el crédito personal frente a los demás por hechos justos y personales. Siempre es una dignidad lograda con mérito, esfuerzo y riesgo.

Por ello sé que todos los alpinistas, por el mero hecho de serlo son depositarios de esa cualidad moral que nosotros mismos nos ocupamos demasiado frecuentemente en negar a nuestros compañeros, para menosprecio de esta fascinante actividad, que por su esencia es también dramática en algunos momentos.

En mi reciente libro publicado por la Editorial Desnivel "Crónica Alpina de España" afirmo en sus "Conclusiones" que tributo un sentido homenaje de admiración y respeto a tantos cientos, quizás miles de nombres, todos aquellos vivos o muertos, que practicaron el alpinismo. Siento verdaderamente la importancia de su lucha y de su esfuerzo, admiro los cuantiosos sufrimientos que el alpinismo lleva en si, esfuerzo generoso para que cada uno pueda ganar su propia dimensión y gloria.

El alpinismo, la escalada, las vivencias de la montaña, las situaciones de la altitud, las alucinaciones propias de hipoxia, la realidad de las situaciones limite, los extremos agotamientos, tantos peligros frecuentes que significan en casi todos los casos, esa lucha del hombre para lograr su propia trascendencia, esa aproximación a lo que muchos intentamos realizar.

Es cierto que algunos de los en momentos de pasajera juventud, cuando todavía no se han alejado de la ignorancia, tienen un excesivo.

No es menos cierto que los éxitos, sobre todos los que concede el gran público, normalmente superficial y poco conocedor de la , nos hacen confiados y estamos próximos a perder la , esa virtud de los grandes, y en ocasiones todos somos agriamente críticos e injuriadores. Yo lo se bien por mi historia.

Entonces al ejercer el rencor, la envidia o la fácil presunción sin elegancia es cuando hemos perdido nuestra honda dimensión.

Nunca es buena la arrogancia en las cimas.

La vida de un alpinista es siempre apasionante, desde el que practica unos años al que no ha dejado el ante el abismo durante medio siglo; pero también un que puede fácilmente convertirse en tragedia.

"Una avalancha le arrastró hasta el borde negro y hondo de un grieta... varias piedras de gran tamaño cayeron rozándole la cabeza mientras escalaba... subiendo los precipicios de hielo temía el resbalón que le precipitaría en el abismo... sintió como se apretaba contra la roca cuando los rayos le rodeaban con sus impresionantes descargas sobre una repisa..."

Una simple lesión puede ser la muerte. Las posibilidades de ayuda, ajenas a ti mismo son casi siempre inexistentes...

La lección de esta vida llena de altura y belleza, es haber ganado al perseguir las ilusiones y haber aprendido a vivir.

Este cronista de la que no ha cesado de ir en pos de las cimas en cincuenta años, que sabe de la zozobra íntima de la fascinación de la escalada, no la escalada del ayer pretérito, sino de ayer mismo, viéndose inseguro sobre una lisa placa de granito, mirando hacia el y teniendo que decidirse hacia la de los pasos crispados, sabe lo que representa la que acompaña al con la firme voluntad de superación, hasta por fin llegar a lo lejano .

Una vida de peligros, un recital de vivencias, lejos de los confines de la vida normal, por encima de la Tierra, para tener la sensación extraordinaria de estar absolutamente vivo y lleno de honor.

El descrédito y el deshonor, a través de juicios rencorosos, que algunos se encargan de crear ante la reducida de compañeros del ideal, basándose en conveniencias, rencores o rivalidades viles, hace perder al su dimensión trascendente, asimilándole peligrosamente a tantas otras aficiones y practicas de vida carentes de valores, aunque sean aplaudidas por la multitud.

La elegancia y la generosidad de juicios, junto a la humildad, enaltece nuestra vida y nos concede a cada uno de nosotros esa posibilidad de ser aquellos que deseamos ser como un sueño de juventud.Vida apasionante, un drama como es la vida misma, repetidas tragedias de otros y aún de nosotros mismos.

¿En que otra actividad mítico-deportiva hay tanta vida cerca de la muerte?

Muerte o tragedia qué a todos puede afectarnos.

¿No tenemos la conciencia clara sobre la inmaterialidad del ideal, de la actitud místico-poética del alpinismo, metafísica del misterio que cada uno de nosotros llevamos en el hondón del alma?.

Repito mi respeto más absoluto hacia todos los que practicaron y los que ejercen la escalada y el alpinismo, vivos o muertos. Siento hacia ellos una profunda admiración y se que en su interior está ese ganado con sufrimientos, con espíritu de lucha y superación, mezclado con la confusa alegría en la zozobra de la paz ganada en la cima, la cumbre del ideal.

Pequeños personajes, excesivos . Nunca es buena la arrogancia en las cimas.

Quizás declinemos algo en nuestra actividad con el paso del tiempo que influye en el cuerpo ¿Pero declina el alma?.

Si Dios así lo permitiera querría alcanzar cien cumbres más: El Erebus, el Puntiagudo, el Robson... Volver como tantas veces al Mont Blanc y quizás a la asfixia extraordinaria del Himalaya tras las invasiones de tantas generaciones que me fueron sucediendo... ¿Me llegaran las fuerzas? ¿Mi gastado corazón soportará tantos esfuerzos y emociones? Seguiré elevándome sobre el miedo y agradeciendo siempre a Dios y a la naturaleza creada, ese ánimo y ese que nos instala firmemente en nosotros mismos.

Cada vez tengo más claro que las cimas son los de la ilusión, fuente de la juventud permanente. Hasta hoy mismo mi vida me resulta fascinante: soy quién quise ser de niño, cuando la pureza estaba lejos de la materialidad. Mis capítulos de vida extrema, en verdaderas situaciones límite, a veces pienso que sin paragón en la historia del alpinismo, hechos que me instalan firmemente en mi mismo, en el sentido de la paz, contento con mi destino que comporta y suerte al mismo tiempo. ¿Acaso no he fracasado varias veces en el mismo Everest?.

Yo noto la imperiosa necesidad de agradecer a Dios, a quien si no, mi vida excelsa y aventurera de explorador de montañas; de ser quien soy, en paz conmigo y dispuesto a seguir subiendo, pero sabiendo que no hubiera en tantas pasadas aventuras sin su ayuda. Yo solo nunca habría podido seguir vivo.

A veces, en estas últimas semanas, cuando me encuentro en lo alto de una montaña dispuesto a salir volando colgado de mi veo abajo los campos cárdenos del miedo y entonces me invade la torpeza que suele ser mi compañera. Cuando supero esa congoja salgo a lo sintiendo los bandazos del aire, y entre los violentos zarandeos del viento no tengo más remedio que volver a dar las gracias a Dios, el gran y supremo misterio, quien ha permitido que un ser tan débil y desvalido como yo pueda vivir la gran aventura de ver las cimas desde lo alto.

En 50 años de vida fascinante he de decir, como el capitán Alonso de Contreras:

Cesar Perez de Tudela
 

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